La fría luz de la mañana me indica que debo ir a buscarte. No permitirte ir en tren a ese lugar tan lejano e invisible.
Escucha, piensa en mí. No viviré con tranquilidad sabiendo que hay viveros, que hay zoológicos, y que por más que traten de escapar, no lo lograrán.
Déjame dejarte, permíteme liberarte de mi prisión anímica. Te lo suplico, libérate de mí.
Escríbeme una canción para decir adiós, despedirme y no volver a llorar.
Una frase que libere a las palomas de la galera de la magia ermitaña y egoísta.
Control. Paciencia.
Un largo camino a casa, solo para llegar y ver destruida la esencia. Derramada e incomprable.
Solo para penar y desechar. Estuve pensando en hablar contigo y pedirte un favor. Libérate de mí, escapa cuando duermo, no hagas ruido o despertaré. Pronto!
Dices que enfermo y me enfermo. Solo es amor con una buena dosis de mezquindad.
Deberíamos correr lejos, no?
Pesándolo mejor, creo que tienes razón.
Solo corre y reza porque el verano sea corto y la luz sea poca. Que el invierno invada y no pueda encontrarte.
Te quiero feliz, pero no creo poderte dar más que egocentrismo. Quizás te regale cuerdas, pero las utilizaré para que nunca corras de mi presencia. Mejor, nos vemos. Perdóname, tengo mucha aceleración y poca concentración. Perdóname, no se quererte. Perdóname, no quise quererte. Pero sucedió. Te lo juro, no estaré en paz, sabiendo de zoológicos y viveros.
Mi introversión es poderosa, quizás te envenene. Aléjate y escóndete.
Perdóname, fui más triste que tu. Perdóname, no quise nada más que a mí. Perdóname, regresare a buscar y reconstruir la esencia.
Perdóname, te amo. Olvídame, se que lo harás.
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